viernes, julio 4

Marihuana ¿Angel o Demonio?

 La  Marihuana (Cannabis sativa) se ha vuelto en nuestros días un tema constante de debate y simboliza perfectamente la pugna entre los partidarios de la liberalización total del consumo de sustancias psicoactivas de una parte y por otra parte de los oponentes a toda tolerancia hacia ellas. Esas posiciones encontradas nos obligan casi automáticamente a escoger entre dos opciones "cerradas": la primera que se envuelve púdicamente en el manto de la tolerancia, la libertad y un acercamiento seudo  "angelical" a la  "hierba"; la segunda que sataniza toda modificación inducida de los estados de conciencia y evoca horrorizada las cifras efectivamente escalofriantes de la drogadicción en el mundo. Al pronunciarse sobre este tema, uno se arriesga a parecer un verdugo mandado por el "establishment" para mantener el orden moral o un irresponsable rezago de la fantasía hippie incapaz de enfrentar los retos del mundo moderno. 

Queremos intentar abrir un tercer espacio ubicado a igual distancia de ambos grupos que se refuerzan mutuamente por presentar posturas que consideramos distorsionadas de la realidad y basadas en un cierto grado de  auto-engaño sino de  impostura. Sin embargo, quisiéramos dirigirnos en prioridad a los defensores del uso incondicional de cannabis ya que nuestra posición no puede ser sospechada por parte de ellos de parcialismo a favor de una prohibición ciega del uso de toda sustancia psicoactiva.  Desde el primer número de esta revista hemos señalado que "el grupo que promueve una prohibición total de cualquier sustancia psicotrópica toma el riesgo de amenazar la libertad individual,  participar a una desvitalización de las culturas autóctonas y finalmente favorecer el tráfico de drogas (Mabit J., 1992). Y más allá de las palabras, el Centro Takiwasi demuestra en sus actividades terapéuticas y pedagógicas, con evaluaciones de investigación psicoclínica (Giove R., 1996), que un uso correcto de plantas psicoactivas no es dañino y  además puede permitir tratar a los toxicómanos. 

Creemos necesario insistir desde el inicio sobre nuestra convicción del indiscutible valor de la Cannabis sativa. Tiene virtudes medicinales innegables, demostradas y apoyadas en una comprobación empírica de siglos. También posee aptitudes para la ampliación de la conciencia y la enseñanza espiritual  que permiten clasificarla sin duda en el grupo de las plantas sagradas o plantas maestras. 

Es precisamente por ello que, como toda sustancia psicoactiva natural y de uso ancestral y sagrado, merece otro trato que una condena generalizada y ciega como tampoco puede ser objeto de un consumismo degradante, indiscriminado  y, a fin de cuentas, irrespetuoso y no exento de peligro. Lamentablemente, sus defensores tienden a  prestarse a posturas que, lejos de aportar argumentos abriendo a la tolerancia, más bien señalan una gran confusión de criterios e incitan a poca comprensión. Creemos necesario esclarecer el debate analizando la ubicación actual de la marihuana en nuestra sociedad contemporánea y la distancia entre discurso y hechos en base a nuestro privilegiado punto de observación. 

Condicionantes del encuentro con la marihuana 
Creo que ya no es necesario demostrar que los efectos del uso de cualquier sustancia psicoactiva dependen de tres factores condicionantes: sustancia, consumidor y contexto.

Cualquiera sabrá diferenciar el consumo de un alcohol fuerte adulterado por un niño de doce años en una  pandilla de zona urbano-marginal, del  consumo de champagne de calidad en el seno de una familia para festejar un matrimonio o del uso ritual de vino durante la eucaristía cristiana. Siempre se trata de consumo de una sustancia psicoactiva, el alcohol, donde sobran los estudios científicos demostrando su potencial nocividad, los riesgos de adicción y su enorme costo social y económico. Ningún cirujano se pasaría de los servicios de la morfina a nombre de los fumaderos de opio de Macao o de los heroinómanos de Ginebra. No se ven campañas contra el abuso de azúcar  refinada a pesar del enorme daño colectivo sobre la salud y la adicción de una importante fracción de la población a este producto. Y la lista puede seguir... (Mabit, J., 1995). 

Del mismo modo, ¿será similar el consumo del bhang en las sociedades iniciáticas o por los yoghis en la India, el consumo tradicional del hachís de los campesinos de Marruecos,  el consumo lúdico de "hierba" entre jóvenes de las sociedades urbanas occidentales, el consumo mixto con ayahuasca en Iglesias del Santo Daime en Brasil y la mezcla con pasta básica de cocaína en los "huecos" de los barrios marginales de las urbes latino-americanas? ¿De qué marihuana estamos hablando? ¿A qué tipo de consumo nos referimos? 

Sustancia 
Cuando hablamos de factores vinculados a una sustancia nos referimos a su calidad y a su dosis la que incluye cantidad y frecuencia de consumo. La Cannabis tiene múltiples formas de uso y múltiples calidades de plantas. Sin embargo los estudios científicos demuestran un potencial tóxico ya conocido por las sociedades tradicionales por lo que como lo señala el famoso indianista Alain Daniélou "la hoja se machaca entre dos piedras y se enjuaga con abundante agua, lo que permite extraer los elementos nocivos. Se prepara una bebida con leche de almendras, mezclándose el equivalente de una gruesa oliva de Bhang que cada uno ingiere con respeto." (Daniélou A., 1992).  Se trata de un procedimiento de detoxificación, de una ingesta a frío por vía digestiva y no caliente por vía respiratoria. La inhalación del humo modifica la farmacodinamia del producto: se evade la protección natural de la barrera digestiva y se aumenta el proceso de asimilación sanguínea transpulmonar mientras la combustión genera nuevos metabolitos. 

Daniélou agrega, con la autoridad que le otorgan sus cuarenta años de convivencia íntima con el grupo de los iniciados de la India al cual perteneció, que "la práctica de fumar el cáñamo es fuertemente desaconsejada en India, los elementos tóxicos no son eliminados... 

Sujeto 
Como para cualquier sustancia psicoactiva existe un alto grado de susceptibilidad individual. Esta susceptibilidad se manifiesta en la intensidad de los efectos inmediatos como en la dependencia posible. Existen individuos poco afectados por la marihuana y otros que responden rápidamente con alteraciones fuertes de la ideación y de la conducta, estados de confusión con desorganización del comportamiento. Este factor no puede ser ignorado cuando se propone la libre disposición de la marihuana.  

Del mismo modo, a pesar de ser catalogada como "droga suave", se pueden crear en ciertos individuos dependencias extremadamente fuertes a la marihuana. Las características de esa dependencia, según nuestra observación, son las siguientes:  

distorsión paulatina de la percepción de la realidad: la lentitud y sutileza de este fenómeno no permite al sujeto identificarlo y hacerlo consciente. Ahí no estamos con efectos "dramáticos", comparables al uso de heroína, pasta básica de cocaína o crack, por lo que es más fácil para el sujeto ignorar su propia transformación que no identifica claramente.

 Fenómeno de "mentalización": el campo perceptual se focaliza a nivel mental, borrando imperceptiblemente los afectos de tipo emocional. El sujeto sustituye progresivamente su "corazón" por su "mente". Confunde "sentir" y "pensar". Los curanderos dirían que su energía se está concentrando en su cabeza. Lo intuyen además muy bien los que consumen marihuana para realizar un trabajo intelectual y estimular su capacidad mental. Lo que puede ser un uso temporal inofensivo también puede volverse una manera permanente y patológica de percibir el mundo.

  Desencarnación: la hiperactivación mental proporciona la sensación de resolver numerosos problemas, tener ideas "geniales", entender cosas complejas. Sin embargo es característico observar que esos mismos sujetos  tienen extremas dificultades en concretar esas ideas, en inscribirlas dentro de la materia, realizarlas en la cotidianeidad. Se conocen estudiantes universitarios  generando ideas "brillantes" para su tesis, la misma que nunca logran concluir. Lo podríamos ilustrar diciendo que el sujeto se dilata en forma aérea y pierde el enraizamiento en la tierra, tiende a desmaterializarse. 

Proyección en una realidad virtual: el adicto a marihuana llega a creer que pensar y vivir es lo mismo. Una gran parte de su ser se invierte en un mundo imaginario o virtual sólo por él percibido o compartido en forma evanescente con los compañeros de consumo. Este aspecto me parece dramático cuando abarca la esfera de lo espiritual ya que transforma la vivencia espiritual encarnada en  un mero ensueño etéreo, un raciocino tal vez brillante pero incongruente con la vida cotidiana, sin compromiso con la realidad ordinaria. Recrea simbolismos, conexiones, interpretaciones que nunca llegan a tener la sanción de la realidad. De ahí nace un apetito por todo lo esotérico, lo mágico, los mundos paralelos... que permiten mejor evadir el aquí y ahora.  

Contexto 
El encuentro de la sustancia y del sujeto se da dentro de un contexto que influye poderosamente sobre los efectos del consumo. Encontramos con gran frecuencia que los adeptos a un acceso libre a la marihuana reivindican su benignidad  por el hecho de que esta planta se consume desde hace siglos en sociedades tradicionales sin determinar ninguna patología. Sin embargo es contradictorio notar que precisamente en el contexto contemporáneo los que defienden esta postura no pertenecen a esas sociedades tradicionales, no las conocen desde adentro (lo que requiere tiempo y dedicación) ni tampoco respetan sus criterios de consumo. En especial, además del modo específico de ingesta, ignoran los elementos rituales indispensables para un acercamiento correcto a la dimensión espiritual inherente a todo acto sagrado como es el ingerir una planta maestra. La adquisición de este conocimiento exige un aprendizaje e iniciación guiados desde las fuentes mismas de esa sabiduría ancestral: ¿quien hizo el esfuerzo de seguir este camino dentro de la legión de consumidores de  marihuana (según un reciente informe oficial llegarían a por lo menos unos 15 millones sólo en Estados-Unidos)? 

El contexto habitual de consumo de marihuana en la  sociedad moderna es prioritariamente lúdico. Constituye un modo de identificación a ambientes marginales, y manifiesta un distanciamiento con el formalismo del establishment. Evoca una rebelión de rasgos adolescentes ubicada entre el movimiento político-mesiánico de los "rasta" y una espiritualidad evanescente libre de toda conexión a una institución o iglesia. Permite un compartir agradable con amistades sin mayor compromiso social. Evoca atmósferas de relajamiento, de euforia, de goce sensual donde se puede asociar eventualmente comida, bebida y sexo. Es para algunos el descanso del fin del día o del fin de semana, el escape en un momento de placentero ensueño donde uno puede dejar correr su imaginación, recrear sus ideas las más fantasiosas, dejar divagar el pensamiento, soltar las tensiones inducidas por las múltiples obligaciones del mundo moderno. Es como darse el derecho a un recreo, a un paréntesis. 

En sí, el aspecto lúdico no es rechazable y responde a una necesidad natural del ser humano. Lo que nos parece más bien deplorable es la exclusividad de este modo de consumo y la sistematización de los contextos de inducción que excluyen finalmente todo acercamiento realmente sagrado y encierran la experiencia de consumo en un sistema de valores infantiles o, a lo más, adolescentes. Ya no se trata de descanso  sino de evasión y es ahí donde se trama la actitud adictiva. En este esquema de consumo los sujetos no se ven incentivados a intervenir en el tejido social,  manifestar compasión activa, ser actores en su medio. Tienden a quedarse en el discurso oral o escrito, muchas veces prolífico hasta llegar a la verborrea, tal vez brillante (fascinación intelectual) pero indigesta (pesadez intraducible en actos). Algunos portavoces del New Age nos parecen perfectos prototipos de este defecto: sus discursos fascinan la mente, excitan las neuronas pero carecen del entusiasmo (in-theos) y de la inspiración de un espíritu ardiente, el único capaz de tocar el corazón. Finalmente se vuelven los sujetos los más pasivos y sumisos frente a un orden social del cual pretenden demarcarse y contra el cual se contentan de luchar verbalmente sin actuar. En este contexto, ser "cool" nos parece evocar más un estado de dimisión que una auténtica serenidad. 

No puede sino llamar la atención que precisamente el consumo de marihuana empiece en 90% de los casos a la adolescencia (12-14 años). Corresponde a una fase de rechazo de las propuestas del mundo adulto percibidas como aburridas y apremiantes. Frente a las obligaciones que se perfilan existe la tentación de mantenerse en la infancia, no crecer, preferir las fantasías y la magia a la realidad que se presenta de manera demasiado triste, monótona, rutinaria, falta de inspiración, de entusiasmo, de espíritu de aventura. Lo que se entiende como una crisis clásica al cambio de edad, se vuelve preocupante cuando petrifica al sujeto de edad adulta en comportamientos adolescentes. El consumo regular de marihuana desde la adolescencia con ese marco social no ayuda a evolucionar sino tiende a mantener al individuo en un prolongado estado de inmadurez,  recordándonos la figura del "puber aeternus", el "eterno adolescente". 

Entendemos que es el contexto colectivo de una sociedad con pocas proyecciones estimulantes para el individuo que favorece la apetencia por  este tipo de evasión. Pero entendemos también que culpar únicamente a la sociedad corresponde otra vez a una actitud de desresponsabilización del individuo. Nadie está obligado a fumar marihuana ni a continuar haciéndolo. 

Sin embargo el debilitamiento precoz de un sujeto que no pudo, entrando en la adolescencia si no es desde la niñez, estructurarse y formarse una  personalidad propia, facilita el establecimiento de la dependencia a la marihuana. No se puede ignorar que existen numerosos casos de real y seria dependencia a la marihuana: algunos casos llegaron hasta nuestro Centro. Y como ya lo señalamos, es una dependencia difícilmente reconocida por el sujeto y con mayor razón si el contexto "alternativo" fomenta un consenso pernicioso sobre la benignidad de la marihuana. El "marihuanero" se siente confortado por el medio "new age" en su consumo asiduo como lo es el alcohólico en una sociedad culturalmente construida alrededor del vino. Cuando fumar marihuana es la norma del grupo (estudiantes, artistas, periodistas, etc.) ¿Quien percibe la distorsión si ésta es ampliamente compartida? 

Nadie ignora que el terreno es fundamental para que se instale una verdadera adicción. Existen antecedentes que crearon las condiciones favorables al desarrollo de una fármaco-dependencia. Pero precisamente creemos que la gran mayoría de los sujetos en nuestra sociedad occidental post-moderna no pasa de una estructuración de tipo  infantil o adolescente. Se perdieron los ritos de pasaje, no existe una transmisión del saber ancestral desvalorizado en relación a los "últimos avances  de la ciencia", los sistemas de protección social tienden a des responsabilizar los individuos, etc.: toda la sociedad está enferma! Por lo que consideramos que los sujetos aptos para el enamoramiento con la marihuana son numerosos y en todo caso en cantidad mucho mayor de lo que aceptan reconocer los defensores activos de la marihuana que, por supuesto, se auto-excluyen automáticamente del grupo de los dependientes. 

Por otra parte, en algunos casos, una vez agotado el interés por la "benignidad" de la marihuana, el consumidor buscará efectos más intensos explorando sus reacciones a sustancias más poderosas. En nuestra experiencia, 90% de los pacientes internados en Takiwasi por dependencia a la destructiva pasta básica de cocaína iniciaron su consumo con marihuana.  Durante el tratamiento observamos la desaparición de los síntomas en orden regresivo (vicariación regresiva) donde se borran en primer lugar los síndromes que aparecieron últimamente. Nos llama la atención como, una vez superados los comportamientos  e ideaciones vinculados a la pasta básica de cocaína, recién se manifiestan los producidos inicialmente por la marihuana. Si bien los efectos explosivos de la PBC son difíciles de obviar por el mismo adicto, el enfrentar en una segunda etapa los rasgos típicos de la marihuana representa un gran reto y por lo general un obstáculo mayor. Se nota una fuerte resistencia y la tendencia a disociar los efectos de la PBC y de los de la marihuana como si no ocurrieran en el mismo sujeto y apoyados en la misma estructuración de personalidad. Por lo  tanto, el tratamiento del adicto a la marihuana se revela particularmente arduo y muchas veces más penoso que con otras sustancias aparentemente más dañinas. Es difícil olvidar esos datos cuando se propone libre acceso a la marihuana. 

En el Centro Takiwasi, el uso de plantas medicinales según la enseñanza chamánica amazónica induce durante las sesiones un estado de videncia y la aptitud a percibir el cuerpo energético del paciente. Los consumidores regulares de marihuana manifestaron siempre una opacidad de su cuerpo energético, una concentración excesiva de energía a nivel mental, una falta de punto tierra, a veces un desencaje del cuerpo físico con  el cuerpo energético. Todo ello genera confusión y desorden, interior y exterior. Cuando se opera una limpieza energética con plantas purgativas (Aristoloquia didyma), se les observa un bloqueo energético mayor a nivel hepatobiliar que suscita violentos y sufridos vómitos. El acceso a las enseñanzas proporcionadas por el ayahuasca se les hace inicialmente más difícil, especialmente para adentrarse en el conocimiento de sí mismo, existiendo una marcada tendencia  a proyectarse fuera de sí. ¿De qué sirve pasearse en los mundos inter-galácticos y charlar con seres  cósmicos, hilvanar teorías sofisticadas y elaboradas metafísicas, si uno es incapaz de armonizar su vida cotidiana y regular sus relaciones con su entorno directo ? ¿Cómo construir  para elevarse sin establecer previamente sólidos cimientos sobre los cuales apoyarse ? 

Marihuana y espiritualidad 
La Cannabis se utiliza en actos religiosos en varias culturas y con beneficios innegables. Esas sociedades tradicionales integran este uso dentro de un contexto sagrado que siempre incluye un ritual heredado de una tradición iniciática. La planta es considerada como maestra ya que le habita un espíritu vivo, apto a enseñar cómo se le tiene que acercar. En otras palabras, el ritual no es una construcción imaginativa del sujeto sino un código de comunicación dictado por la esencia misma de la planta, su naturaleza o estructura propia. No se trata aquí de una creación artística basada en la estética ni de un entorno teatral destinado a favorecer la sugestión, donde cada cual se puede improvisar su propio sacerdote,  sino de un actuar operativo, eficaz, una tecnología sagrada resultado de un largo aprendizaje. Como todo lenguaje, requiere de rigurosidad y precisión para ser eficiente y no dañino. El objetivo es permitir una comunicación con la esencia de la planta, su "alma", entidad viviente e inteligente. 

Se entiende que se propone una actitud de profundo respeto hacia los "dioses" y que un acto sagrado con una planta sagrada  requiere desarrollar una sacralidad tanto interior como exterior. Así por ejemplo Daniélou insiste sobre la actitud de respeto adoptada en la India que incluye un baño ritual y el  ponerse ropas limpias y precisa que "el espíritu del cáñamo invitado mientras uno sigue con otras actividades es molestado y ultrajado" (op. cit.). 

La adicción se entiende entonces como el resultado  de una trasgresión donde el espíritu ofendido de la planta llega a posesionarse del individuo. La cura de esta posesión será entonces un exorcismo destinado a apaciguar al espíritu interesado y convencerlo de abandonar a quien se volvió su víctima. 

Concluye diciendo : "Los espíritus del cáñamo, del  tabaco, de la amapola, de la coca, son divinidades amigas del hombre y que permiten suavizar sus sufrimientos y abren para él las puertas de los mundos sutiles; su prohibición como su uso irracional son igualmente erróneos y provocan la malevolencia de las divinidades ultrajadas." (op. cit.).

En muchas personas que se ubican en un camino de "búsqueda" personal, la marihuana tiende a bloquear su evolución. Se enredan en sus juegos mentales hasta a veces perderse en serios estados de confusión que les hacen optar por conductas inadecuadas o peligrosas, como lo hemos podido observar en varias oportunidades. 

La adicción a la marihuana, lo repetimos, es raras veces admitida por el interesado. No deja de sorprender las múltiples argucias, típicas de la búsqueda de justificación del adicto, que puede presentar un sujeto dependiendo de la marihuana. Su "enamoramiento" es tal que no hay discurso razonable que pueda alcanzar un estado en  el fondo totalmente irracional.  Sin embargo en una persona sincera, es posible solicitarle medir su ausencia de alienación mediante un tiempo de prueba sin ningún consumo de cáñamo. Este tiempo permite evaluar el grado de dependencia a la marihuana. 

Entre el consumidor empedernido y el abstemio, existe toda una gama de estados y relaciones más o menos estrechas con la marihuana. Numerosos consumidores tienen un control de su consumo como mucha gente sabe saborear un buen vino sin llegar a una dependencia alcohólica. En este caso, no hablemos de búsqueda espiritual sino simplemente de crear momentos de relajación. Los defensores del uso de marihuana señalan con razón que mucha gente acostumbrada a su uso episódico o regular siguen "funcionando" bien. Se entiende que su hábito no entraña consecuencias inmediatas perjudiciales para el resto de la sociedad. Pero, me pregunto si en la relación con las plantas sagradas se trata solamente de "funcionar" y si la ausencia de consecuencias patentes de corto plazo a nivel social no es subestimada en el largo plazo por el desapego progresivo a una verdadera participación ciudadana, por la incapacidad paulatina a  transformar concretamente la realidad para el bien común.  El poco desgaste físico inducido por la marihuana refuerza la idea de su inocuidad cuando la perturbación inducida es ante todo de tipo energético y psíquico-espiritual.

A posteriori, algunos amigos que consideremos adictos a la marihuana y que finalmente accedieron a dejarla un tiempo, pudieron testimoniar de una mejora física, psíquica y espiritual indiscutible. Esta contra-prueba me parece sumamente convincente. Igual fenómeno se observa en los pacientes que pasan por Takiwasi. 

Los ecos del New Age  
El fenómeno de mentalización encuentra eco en cierta literatura seudo-espiritual que permite flotar en amables divagaciones sin mayor cambio de  su  realidad propia. Deseamos ilustrarlo brevemente con el ejemplo de dos figuras prominentes del New Age, Castañeda y Osho : cualquier visita a una librería "esotérica" o a un mostrador de zona de tránsito de un aeropuerto internacional permitirá completar la lista. 

En efecto, es inicialmente sorprendente el paralelismo entre el consumo de marihuana y la afinidad con las obras de Carlos Castañeda. Los marihuaneros se encuentran perfectamente a gusto con este tipo de literatura. Este autor tuvo el mérito de sensibilizar mucha gente a otros aspectos de la realidad y de revelar la existencia  de una poderosa corriente en la sociedad occidental sedienta de espiritualidad y de cambio de perspectiva. Ha sabido traducir la inquietud existencial contemporánea en una fina y estimulante expresión literaria. Sin embargo, presenta un mundo fantástico sin metodología clara para proceder y prácticamente inalcanzable por un individuo normalmente constituido. Por otra parte mantiene un silencio absoluto sobre lo esencial : la vida afectiva, lo cotidiano, lo concreto. Nos encontramos sumergidos en magia, brujería, parapsicología, fenómenos raros... un mundo evanescente donde no parecen existir seres de carne y hueso, gente común y corriente como Ud. y yo. Nos acercamos a una realidad virtual siempre huyendo más allá, escurriéndose a toda aprehensión y con un discurso propio a alimentar los juegos confusos de la mente. Hasta el mismo Castañeda parece un fantasma de quien se sigue discutiendo la autenticidad de las experiencias, la nacionalidad, el estatus social, el nivel real de conocimiento y de evolución personal. ¿Por qué tanto secreto y tanta oscuridad cuando se publicita a decenas de miles de ejemplares ? ¿Acaso la verdad se esconde, la luz se tapa ? Luego de mucho andar en medio de esta corriente de gente en búsqueda espero todavía encontrar al discípulo de Castañeda que pueda hablar claro, transmitir con método su experiencia y demostrar en su persona un evidente avance en su evolución personal. Castañeda nos permite soñar pero no proporciona la receta para hacer el sueño realidad: ahí veo su afinidad con el cáñamo fumado en nuestra sociedad,  ambos volátiles y desencarnados, seductores y confusos. 

Quisiera también brevemente citar el influyente Bhagwan Shree Rajneesh, promotor del consumo de marihuana y de una filosofía del amor indiferenciado.  La invasión de sus libros va a la par con una inflación del ego que es más convincente para sus adeptos cuando más increíble. El "maestro iluminado" no duda en afirmar tajantemente: "Soy el comienzo de una conciencia totalmente nueva", nada menos. En nuestra observación, los adeptos de Osho muestran un desajuste importante a la realidad ordinaria y en sesiones de curación con plantas amazónicas, revelan grandes perturbaciones energéticas. La marihuana y el sexo indiscriminado son las herramientas básicas utilizadas por Osho para seducir y  contagiar a nuevos discípulos. Responde a una tendencia típicamente occidental de  consumismo, libertinaje confundido con libertad, evasión del sufrimiento, entrega ciega a un gurú quien asume un seudo papel paterno desresponsabilizante. La  involución mediante la fusión y la indiferenciación (de sexo en especial) se opone al camino interior de individuación (en términos junguianos) y diferenciación que pasa obligatoriamente por la travesía del sufrimiento y la confrontación solitaria consigo mismo. 

Es de notar de pasada que ambos "maestros" que predican el desapego a las cosas materiales no se distinguieron por ser particularmente desinteresados al dinero y los bienes materiales. 

La introducción de la marihuana fumada en los rituales brasileños del Santo Daime (ayahuasca) ha sido el factor preponderante en la escisión del grupo inicial del maestro Irineu, estimulando los conflictos y la competencia, según la confesión que nos hizo la esposa de éste. Actuó como un elemento de división y confusión, inflando el ego de algunos discípulos y llevando a sucesivos cismas: ahora existe una decena de sectas diferentes. Esa asociación improvisada parece responder más a la demanda de sectores urbanos que nacer de la iniciación con ayahuasca. Los chamanes de la Amazonía peruana que  conocemos rechazan tajantemente el fumar marihuana durante una sesión con ayahuasca. Sin embargo, siendo una medicina dinámica siempre dispuesta a enriquecerse de aportes nuevos, promueven una investigación empírica con el fin de explorar las virtudes de esta planta sagrada. Poseen una metodología para ello que consiste básicamente en entrar en trance visionario con preparados enteógenos y de ahí ingerir progresivamente una infusión o decocción para "ver" el espíritu de la planta y entablar una respetuosa negociación con él. Se entiende que este procedimiento necesita experiencia y una adecuada preparación de maestros y no sólo el atrevimiento de novatos. 

Conclusión 
Me temo que los principales defensores del uso incondicional de la marihuana sean finalmente los mejores proveedores de argumentos a favor de su prohibición. Se debe en gran parte a su actitud irresponsable frente al riesgo social: no se puede ignorar que un niño o un adolescente no es apto para un consumo sin guía de una sustancia que potencialmente lo puede confundir,  volver adicto e inducirlo a mayores dependencias. Por lo que es inaceptable su libre disposición a manera de producto inofensivo como lo es una prohibición ciega. Y me temo que numerosos adultos no tengan en nuestra sociedad más de 12 años de madurez psico-afectiva...  Todo debate sobre la legalidad requiere una previa consideración de los criterios de legitimidad. 

Al tomar como referencia el uso ancestral, también sería honesto especificar que la marihuana no debe ser fumada según esa antigua sabiduría y que existen condiciones precisas para su correcta ingesta. Luego se tendría que distinguir entre los usos de la marihuana: médico, recreativo o religioso. Cada uno requiere un modo de preparación diferente y un contexto de ingesta adecuado. Una planta enteógena puede ser solicitada  a esos tres niveles. Si se trata de hacer una infusión relajante, no se requiere de un ritual largo y complicado ya que se solicita de la planta sólo un efecto físico. Pero si se solicita a la planta una enseñanza, un descubrir de los mundos sutiles o una exploración del  inconsciente, el ritual indicado con actitud interior de sincera consideración se vuelve indispensable para  no operar una trasgresión prometéica finalmente dañina. 

La marihuana no es una sustancia, término que la objetiviza y le despoja de su dimensión viva, energética, espiritual. Es ante todo una planta sagrada. El modo habitual de uso contemporáneo la reduce a un simple producto de consumo en una típica actitud materialista occidental. Ahí es donde se encuentran oponentes estrictos y defensores encarnizados: son ambos rígidos secuaces de un materialismo virulento, agentes promotores de un mental dictatorial, confundidos en el grupo de los negadores del corazón. Como lo concluye sabiamente Daniélou : "Es a causa de su incomprensión de la realidad del mundo sutil que el materialismo moderno se volvió su víctima". 

Es tiempo de encontrar caminos que permitan proteger el acceso a las plantas sagradas, creando las condiciones de un acercamiento respetuoso, controlado, guiado, garante de inocuidad y de una auténtica vivencia espiritual. El lema occidental "todo, ahora y sin costo", el mismo que enarbolan los adictos como perfectos representantes de esta sociedad desacralizada, no tiene vigencia en esta tercera vía. Este lema tipifica una actitud adictiva, matriz  psíquica que lamentablemente predomina entre los consumidores de marihuana. La solución será progresiva, no inmediata y con un costo individual y colectivo, incluyendo para cada cual su cuota de sufrimiento libremente aceptado.

Marihuana: El gran engaño.

cogollo











Una de las características de nuestra especie es que sus individuos somos fácilmente manipulables, ingenuos e incautos. Si bien es cierto que en muchas ocasiones actuamos con excesivas precauciones en el trato con nuestros semejantes, somos muy confiados con otros asuntos que afectan, a veces de forma que no alcanzamos ni a sospechar, a nuestra existencia. Hay libertades que no pueden ser otorgadas o conquistadas a medias, y el derecho al propio cuerpo forma parte del derecho mismo a la existencia. Haga cada cual lo que quiera con su cuerpo mientras no dañe o perjudique a los demás. Personalmente siempre preferiré un jerez o un té verde a un porro, pero sobre gustos no hay nada escrito, aunque siempre habrá quien necesite imponer su verdad. Creerse en posesión de la verdad, la gran prueba de estupidez humana.
La triste historia de esa planta que llamamos cáñamo o marihuana puede ser ejemplo tanto de engaño como de ingenuidad humana. Llevaría horas resumir los usos que las diferentes sociedades humanas han dado al cáñamo desde hace no siglos, sino milenios. Asombra comprobar que ha sido uno de los vegetales más extendidos y utilizados: para uso textil, pocos jóvenes saben que los primeros pantalones vaqueros estaban confeccionados con cáñamo, mucho más resistente que los actuales de algodón; sogas y cuerdas de todo tipo, velas de barcos, cestos, etc. etc. También tuvo usos medicinales, reflejados en innumerables textos a lo largo de los siglos. Los recientes descubrimientos acerca de sus efectos beneficiosos para pacientes sometidos a quimioterapia no son más que una de las tantas utilidades que el ser humano le ha encontrado a esta planta. Su uso lúdico como droga, utilizado para producir una especie de borrachera leve, no ha sido, desde luego, el principal, aunque se le dio especial importancia en algunas culturas para actos sacramentales como medio de comunicación con sus dioses, de forma muy parecida a como nosotros usamos otra droga, el vino, en la misa. ¿Qué ocurrió, entonces el siglo pasado para que esta planta tan aparentemente útil fuera prohibida de repente en Estados Unidos y luego en el resto del mundo?
Es aquí donde nos encontramos con un ejemplo típico de candidez de las sociedades humanas, de manipulación y de, también hay que decirlo, lucrativo negocio al estilo americano.
En los años treinta el papel se obtenía industrialmente de dos fuentes: del cáñamo, que daba lugar a un papel de excelente calidad, sumamente ecológico y que tenía como único inconveniente que requería mucha mano de obra para el cuidado de la planta, y de la madera, sistema que aún se sigue utilizando hoy en día y que, como todos sabemos, además de provocar una grave deforestación, da lugar a una de las industrias más contaminantes. Los años treinta, como prácticamente todo el siglo pasado, fue una época de inventos en todas las áreas, y entre las innumerables máquinas que se crearon y que hicieron menos duras las labores agrícolas se encontraba el descortezador mecánico. Con este aparato la obtención de papel a partir del cáñamo pasaba a ser no solo el sistema más ecológico, sino también el más rentable.
William_Randolph_Hearst¿Por qué entonces en esa misma época se prohibió el cáñamo en vez de aumentar su producción?
Llegados a este punto entran en escena tres personajes: el primero es William Randolph Hearst, el hombre más rico del mundo en su época. Hearst era propietario de una importante cadena de periódicos en Estados Unidos y como sus empresas consumían grandes cantidades de papel, pensó que podría reducir costes si él mismo compraba los aserraderos y demás empresas relacionadas con la producción de papel, y así lo hizo, invirtiendo en ello enormes sumas de dinero. Pero en 1935, con el invento del descortezador mecánico antes mencionado, mientras miles de familias de agricultores soñaban con un futuro mejor, Hearst se preocupaba por los aserraderos y fábricas procesadoras de pasta de papel que había comprado, condenadas a una ruina inminente. Pero lejos de resignarse y admitir que seguiría siendo multimillonario pero vería su fortuna reducida en parte, decidió que tenía que haber alguna forma de vencer a su nuevo enemigo, esa planta que daba papel de mejor calidad, más barato y sin apenas usar productos químicos en su elaboración. Y utilizó para ello su mejor arma: la manipulación informativa a través de los periódicos de su propiedad. Inició una campaña en la que presentaba al cáñamo, la marihuana, como el origen de todos los males: delitos, violencia, etc. Hearst nunca incluyó en los artículos de sus periódicos ni un sólo informe médico o científico de los cientos que entonces ya existían porque todos ellos decían claramente que no se trataba de una planta peligrosa y que tenía, en cambio muchas cualidades positivas, tanto medicinales como de uso industrial. A pesar de ello, millones de americanos le creyeron y empezaron a ver un enemigo en una de las plantas más útiles al ser humano y que era también, entre decenas de usos, fumada por quien le apeteciera, como lo habían hecho, entre otros muchos, los serios y respetables presidentes George Washington o Tomas Jefferson, ambos conocidos y declarados cultivadores y consumidores de marihuana .
Pero no era suficiente tener a la opinión pública de su lado para conseguir prohibir un cultivo tan beneficioso, Hearst necesitaba algún cómplice poderoso, y aquí entra en escena el segundo personaje: la empresa petroquímica Dupont, que ya entonces contaba con plantas de producción distribuidas por toda América. Esta empresa también tenía sus razones para combatir a esa planta que se empeñaba en seguir siendo tan incómodamente útil: por una parte Dupont tenía la patente del ácido sulfúrico, muy contaminante pero utilizado en grandes cantidades en el procesamiento de la pasta de papel obtenida de la madera, con lo que Hearst era uno de sus mejores clientes. Por otra parte, Dupont acababa de desarrollar dos fibras artificiales, el rayón y el nylon, que encontraban en el cáñamo a un ecológico e incómodo competidor. Los intereses de las empresas de Hearst y las de Dupont coincidían plenamente. Dupont tenía contactos en las altas esferas de la política y las finanzas americanas, entre ellos Andrew Mellon, que era presidente del Mellon Bank, el principal proveedor de recursos financieros de Dupont.
Harry_Jacob_AnslingerLa sobrina de Mellon estaba casada con nuestro tercer personaje, Harry Anslinger, comisionado del Departamento Federal de Narcóticos, un individuo que ha pasado a la historia vinculado a varios asuntos turbios que no vienen al caso. Este fue el político ruidoso y tenaz que defendería los intereses de Hearst y Dupont, enarbolando la bandera de la moral, el patriotismo y las buenas costumbres. Dio en el congreso encendidos discursos contra el cáñamo, pero nunca pudo presentar una prueba o un sólo estudio científico que apoyara su tesis. Repitió una y otra vez que era una droga terrible que provocaba agresividad y que debía ser prohibida. Cuando le presentaron informes médicos que decían que era imposible que tal planta provocara agresividad, sino justamente lo contrario, dijo entonces era una planta antipatriótica, pues no permitiría tener buenos soldados.
Así, el trío Anslinger-Dupont-Hearst consiguió que en 1937 el cáñamo fuera prohibido en Estados Unidos. A partir de ahí se produjo un efecto dominó que haría que la planta acabara, tras miles de años de convivencia pacífica con el ser humano, prohibida en prácticamente todo el mundo. Si algún país quería tener buenas relaciones con Estados Unidos tenía que incluir tan extraña prohibición entre sus leyes, arruinando a miles de familias de agricultores y obligándose a producir o comprar productos más caros y contaminantes.
Esa es la triste historia de esta planta y la campaña de difamación que se desató contra ella ¿Estuvieron equivocados los griegos, romanos, persas, hindúes, chinos, y tantas otras ricas culturas que la utilizaron o somos nosotros, que vivimos en este extraño tiempo de prohibición los engañados?.
Es difícil calcular cuantos cientos de miles de hectáreas de bosques en todo el mundo no habrían sido destruidos de no haber seguido la historia tan retorcido camino, de no haber prevalecido los intereses mezquinos de un pequeño grupo de hombres sobre los del resto de la humanidad.

Pero posiblemente, y a pesar de que estos son datos conocidos y fácilmente comprobables hoy en día, la prohibición continuará durante quien sabe cuantos años más, porque le proporciona un lucrativo negocio a políticos corruptos y a las mafias de todo el mundo, porque los enormes gastos de su prohibición y las consecuencias negativas de la misma las pagamos nosotros con nuestros impuestos mientras algunas empresas farmacéuticas, como Eli Lilly, de la que fue director George Bush padre, tienen el multimillonario negocio de las patentes por la producción sintética de los principios activos del cáñamo, principios que forman parte fundamental de muchas medicinas. Este negocio se vendría abajo si esos principios se obtuvieran de forma natural de la planta en vez de sintetizarlos. Pero somos ingenuos, absurdamente incautos, y a pesar de que hoy día tenemos todos estos datos a nuestra disposición, sigue pesando más sobre todas las sociedades del mundo el engaño a que sometieron a nuestros abuelos un grupo de sinvergüenzas codiciosos hace seis décadas.
Si fuéramos algo más cautos, un poco más desconfiados, investigaríamos el origen de hechos y costumbres que damos por buenos sólo porque nos han acostumbrado a ellos desde niños, indagaríamos sobre el origen de la clase política antes de votarles o, mejor aún, exigiríamos que nos consultaran antes de hacer las leyes que van a condicionar nuestra vida; averiguaríamos cual fue el verdadero origen de cada guerra, el de cada religión, y llegaríamos a cuestionarnos incluso pequeñas costumbres cotidianas como taladrar las orejas de nuestras hijas para colgarles un adorno, mientras miramos con soberbia a otras culturas que consideramos menos desarrolladas porque taladran la nariz de sus niños. Posiblemente si hiciéramos eso ya no moriría ningún joven por las drogas adulteradas que les venden las mafias, posiblemente se acabarían todas las guerras en unos pocos años y con ellas tantos negocios de muerte. Pero ese sería otro mundo, un mundo que, tal vez porque soy humano y por tanto de naturaleza absurdamente ingenua, creo que, algún día, y a pesar de todo, llegará a ser realidad.
La intervención del empresario William Randolph Hearst fue decisiva. Hearst era propietario de la mayor cadena de periódicos y por tanto debía su imperio a la industria papelera. En aquellos años el papel se producía a partir del cultivo del cáñamo, el cual precisaba de una serie de gastos por mano de obra bastante elevados, con lo que se busca algún tipo de materia prima más barata y que por lo tanto dejase un mayor beneficio. El cambio de papel de cáñamo al de madera fue una jugada de intereses económicos en la Hearst, propietario de grandes serrerías, iba a ser el gran beneficiario. Sin embargo, la invención de la descortezadora mecánica creó nuevas expectativas entre los agricultores, que vieron como la tarea más costosa y dura del cultivo de cáñamo podría ser abaratada con el consiguiente aumento de su producción.
El cuarto poder
William Hearst no podía dejar que su imperio periodístico y maderero se fuera a pique, por lo que ideó una estrategia de contraataque.
El San Francisco Examiner era en aquellos días el periódico estrella del holding Hearst. Sus editoriales y reportajes moldearon la opinión pública estadounidense. A través de sus páginas se gestó una de las mayores conspiraciones de poder llevadas a cabo por el sector privado.
Desde las máquinas de escribir de las redacciones del diario se elaboró una campaña de desinformación hacia la marihuana de un calibre nunca alcanzado hasta entonces. En pocos meses la sociedad comenzó a ver en el cannabis al mismo diablo, el culpable de la delincuencia, la pérdida de valores y de todos los supuestos males que tenían como base los prejuicios raciales. Pero solamente con la mala prensa no se erradicaba al enemigo. Había que desterrar su cultivo para siempre y se necesitaban aliados. Dupont, la poderosa empresa química a la que pertenecían las patentes de nylon y el rayón, fibras sintéticas que podrían sustituir al cáñamo, fue la escogida. Una alianza que fue primordial en este proceso.
El eje Dupont-Hearst funcionó a la perfección gracias a uno de los contactos que el primero tenía en el congreso, el entonces Director de Narcóticos estadounidenses, Ansloinger. Los artículos publicados por la cadena Hearst fueron leídos ante el Congreso. Escritos sensacionalistas en los que se achacaba a la marihuana todos los males del pueblo de los años treinta. Haciendo caso omiso a diferentes informes que reivindicaban los beneficios del cáñamo, se promulgó la Marijuana Tax Act, quedando penalizado su cultivo y consumo.
Farmacéuticas manos negras.
Pero si ya es truculenta la historia de la censura del cáñamo y sus derivados, se podría calificar de escandaloso el negocio que ha supuesto para varias empresas farmacéuticas. Este es el caso, por ejemplo, de la multinacional Eli Lilly, propietaria de patentes sobre diferentes derivados sintéticos de los principios activos del cannabis y que basa su negocio, entre otros conocidos medicamentos, en un producto llamado Darvon. Curiosamente esta empresa fue dirigida desde 1977 a 1979 por George Bush, encarnizado enemigo de la legalización de la marihuana.
La supuesta mano negra que manejaría los hilos de esta conspiración habría que buscarla en las más altas esferas, concretamente en la propia Organización Mundial de la Salud que estaría siendo dirigida indirectamente por asociaciones y organismos paralelos que influirían sobre cualquier tipo de resolución y actitud a favor o en contra del cannabis. El departamento que estudia y se responsabiliza de determinar si una sustancia debe someterse al control internacional es la Comisión de Expertos en Drogas Activas. Los responsables de esta organización son designados por los ministerios de sanidad de cada país de la OMS los cuales no son elegidos a dedo. Esta comisión de expertos es la culpable de que se hubiera distorsionado la verdad en varias ocasiones. La última en 1995 cuando la OMS ocultó un informe en el que el cannabis era comparado con el alcohol y el tabaco. Las conclusiones de dicho informe afirmaban que estos últimos eran más perjudiciales para la salud que la marihuana. Diversas filtraciones de la OMS hicieron que este informe viera la luz pública, destapando las presiones que provenientes del Instituto Nacional de Abuso de Drogas de las Naciones Unidas habían hecho para no alterar el concepto que existe en la sociedad actual de la marihuana y así seguir enriqueciéndose con las patentes. Información ocultada, manipulada y la existencia de posibles sobornos es lo que se podría deducir de los responsables de la OMS que han acabado siendo altos cargos de dichas empresas como son los casos de Hans Halbach, ex director de la Unidad de Drogodependencia de la OMS y que fue reclutado en la empresa suiza Hoffman La Roche; el antiguo responsable de la División de Narcóticos de las Naciones Unidas, Gilbert Yates, nombrado Director de las Industrias Farmacéuticas Británicas o el ex secretario de la Junta Internacional de Control de Narcóticos que acabó convirtiéndose en un empleado más de la Asociación Americana de Fabricantes Farmacéuticos.
Un rosario de intereses creados en torno a los miles de millones de dólares que genera el cáñamo que día a día están viéndose acorralados a los prestigiosos estudios científicos que se están realizando y que ponen en duda los argumentos aducidos para su ilegalidad.
En el mes de enero de 1998, el Ministerio de Sanidad francés encargaba a su secretario Bernard Koucher un exhaustivo informe sobre la peligrosidad del cannabis. El estudio científico fue dirigido por Bernard Roques y una comisión de once miembros y siete asesores externos entre los que se encontraba el Dr. José M. Palacios. Durante cinco meses estudiaron los diferentes peligros de diferentes drogas debido al aumento de alcohólicos en Francia.
Los resultados de la investigación llegaban de nuevo a una conclusión ya conocida: esta sustancia en comparación con otro tipo de drogas como el tabaco y el alcohol es mucho menos nociva.
No podemos ni queremos valorar si el cannabis debe ser o no legalizado, pero no podemos dejar de denunciar a la opinión pública los beneficios económicos que podrían estar acumulando los poderes ocultos que nos gobiernan.
Dr. Jacques Mabit,  TAKIWASI*, Centro de Rehabilitación de Toxicómanos y de  Investigación de las Medicinas Tradicionales Tarapoto, PERU, 8 de marzo de 1997 
Publicado en la Revista TAKIWASI, Nº 5, pp 63-77, Tarapoto, PERU, 1997 

Referencias bibliográficas 
Daniélou Alain, 1992, "Las divinidades alucinógenas", Revista Takiwasi, Tarapoto, pp. 25-29. Giove Rosa, 1996, "Medicina Tradicional Amazónica en el tratamiento del abuso de drogas : Experiencia de dos años y medio (92-94)", CEDRO, Lima, 135p. 
Mabit Jacques, 1992, "De los usos y abusos de sustancias psicotrópicas y los estados modificados de conciencia", Revista Takiwasi, Tarapoto, pp.13-23. 1995, "El saber médico-tradicional y la drogadicción", El Filósofo Callejero,  No 7, Abril 1995, Santiago de Chile, pp.10-16. 
Hasta donde hemos crecido bajo ese manto y hasta qué punto no fue el mismo Hearts quien provocó toda la ola progresiva de aura en torno a las drogas. Se hizo de una planta que resolvía muchos problemas un verdadero enviado del diablo y solo por unos miles de dólares…
En este link en ingles la información es más detallada:
Marihuana desde una perspectiva mística y algo de esta conspiración con bibliografía:


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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Precepto para abandonar la droga:

Sólo por hoy no me drogo.
Sólo por hoy me ocupo.
Sólo por hoy soy agradecido y humilde.
Sólo por hoy hago mi trabajo de despertar espiritual.
Sólo por hoy soy bondadoso con todos los seres vivos.

Buddha Urbana dijo...

🇻🇪Que todos los seres de todos los mundos seamos eternamente Libres y Felices. Que todos vivamos en Paz y en Armonía. ✌💛💙💖 🎼♬Nam♪Miojo♩Rengue♪Kio🎶🎵 🎼♬Nam♪Miojo♩Rengue♪Kio🎶🎵 🎼♬Nam♪Miojo♩Rengue♪Kio🎶🎵 🎼♬Nam♪Miojo♩Rengue♪Kio🎶🎵 🎼♬Nam♪Miojo♩Rengue♪Kio🎶🎵 🎼♬Nam♪Miojo♩Rengue♪Kio🎶🎵

Cuando cantamos NAM MIOJO RENGUE KYO Armonizamos nuestras vidas con el ritmo perfecto del universo. Aumentamos la fuerza vital, sabiduria, y buena fortuna. Es la llave para desbloquear tu mas alta potencia.

🙏Pido por tu sanación e iluminación de tu corazón, cuerpo y mente💛💙💖 Námasté😊 🌞

¡ANIMO! TODO LLEGA...

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Sólo debemos fluir con el río de la existencia.

Formo un majestuoso corazón, con el fraternal sonido de este mensaje, para que sientas el latido de la sublime luz que ahora te envuelve. No intentes comprender estas palabras a través de la razón, pues vibran en otra frecuencia que tu alma reconoce. Mi espíritu pulsa estas letras doradas, que viajan hacia tu espacio interior sagrado, para que la intensa espera no resquebraje tu confianza en el inminente despertar humano. Animo. Todo llega.

Aunque a veces no lo recordemos, también vinimos con la intención de aprender y eso seguimos haciendo. Estos son momentos especiales, en donde uno descubre nuevos niveles de comprensión gracias a las vivencias. Por increíble que parezca, en el camino de ascensión siempre hay una vuelta de tuerca más, que nos permite reconocer la infinita sabiduría que fluye por el mágico entramado de la escuela de la vida, donde todo enseña.

¿Suponíamos que habíamos desarrollado el temple necesario como para saber esperar? Una cosa es aguardar en un contexto armónico, sin mayores sobresaltos, pero otra muy diferente es aprender a esperar en el límite de nuestras fuerzas, en medio de un contexto agitado y hostil, donde todo transcurre con demasiada celeridad. No desesperes. Estas aleccionadoras instancias liman las impurezas y dan un atractivo brillo a la constancia.

¿Comprendes por qué se remarcaba tanto la importancia de haber encarnado en esta era? En este tramo final, una a una caerán nuestras supuestas verdades a medida que nuestros cuerpos se abran –a través del amor- hacia las dimensiones más profundas de nuestro Ser. No temas. Sé que cuesta reconocer que pronto te reirás del punzante eco mental que hoy te aturde al reprocharte que tal vez todo fue en vano, por eso insisto en que confíes.

Sientete en paz. Hiciste lo necesario. Tus manos están vacías. Diste aquello que traías para ayudar a humanizar. Ahora es tiempo de una paciente espera activa, donde ya no serás consciente de tu fecunda entrega, pues forma parte de tu naturaleza cristalina. Recapitular cada experiencia te permitirá descubrir el hilo invisible que todo lo unió, dando sentido, incluso, a las pequeñas cosas que en su momento nada parecían tener con tu vida.

Este cálido y vibrante corazón que hoy te ha abrazado, es el signo irrebatible de una naciente humanidad, más sensible y despierta. Sus bellos latidos te recuerdan que los últimos pasos de un desafiante camino siempre parecen eternos, pero es sólo una ilusión. No olvides que con tu sonrisa se multiplica la alegría que nutre la esperanza. Sigamos aprendiendo, con fe y entusiasmo, bajo la hermosa luz del Sol. Animo. Todo llega.





Gracias

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Eres mi puerta al futuro

la luz del universo resplandeciente

lo que hoy admiro y amo

la flor que permanece firme

la brisa que sonríe a la mañana

mi paz, mi pensamiento libre

la calma de lo ayer pisado

una esencia, una idea sublime

por ti hoy renacen las cenizas

se vuelven blancos todos los grises

digo adiós a un pasado terco

dejo fluir en mi, nuevos matices

me despido de ti dolencia

aunque me acompañaste en mi silencio

abro ventanas, no cierro puertas

vivo lo real de cada sueño...



Gracias por recordarme

que no todos los poemas

son palabras tristes

que la soledad puede cambiarse

que es mi decisión y que de mi depende

la felicidad.

Te amo





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"No recuerdo tristezas, ni llantos, ni penas, ni dolores, ni siquiera recuerdo silencios oscuros, solo tengo de ti, tu sonrisa y tu bello estar conmigo"

"En mis relaciones siempre hay una maravillosa armonía. La persona a quien ahora busco también me busca"

Anita

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Los 7 hábitos de AMOR

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Los 7 hábitos de AMOR







Los siete hábitos mortales







Muchas personas tenemos estos 7 hábitos mortales, sin darnos cuenta de ello:











1. Castigar







2. Quejarse







3. Culpar







4. Amenazar







5. Perseguir







6. Criticar







7. Sobornar















Estos hábitos conducen a que la mayor parte de sus problemas emocionales estén directamente vinculados con el hecho de que usted ha aprendido a tratar de controlar a las personas que lo rodean. Aprendemos esos hábitos en nuestra infancia de maestros, padres, abuelos y otros.











EJEMPLO:







Limpia la habitación, sino, no hay televisión para ti esta noche (castigo).







Esas galletas que preparé serán para ti cuando todo esté limpio y ordenado. (soborno).







Después de pasar años expuesto a esta forma de manipular, finalmente comienza a utilizarla también. Probablemente se limpiará la habitación, pero no quedará una buena relación.







El problema práctico de tratar de controlar a otros es que, cada vez que usted cumple, soborne, se queje, critique, castigue o amenace a alguien, encontrará resistencia, le responderán, lucharán; de hecho la ignorarán, mentirán, harán las cosas a escondidas o acudirán a un millón de medios, para hacer que usted retroceda. Es simplemente la naturaleza humana.







Estamos genéticamente programados para resistir cuando alguien nos trata de obligar a hacer algo que no queremos. Tal vez sea más pronunciado en una persona que en otra, pero a menos que usted reconozca lo que está haciendo y aprenda a buscar lo que desea en una relación, sin tratar de controlar a los demás, todas sus relaciones se convertirán en una lucha por el poder que harán sufrir a todos los involucrados.















EN CONTRAPOSICION…















LOS 7 HÁBITOS DE AMOR DE LAS PERSONAS REALMENTE FELICES







La mejor manera de eliminar los 7 hábitos mortales es reemplazarlos con los 7 hábitos de amor:







1. Apoyar







2. Estimular







3. Escuchar







4. Aceptar







5. Confiar







6. Respetar







7. Negociar las diferencias.















Pareciera fácil, ya que lo único que uno necesita hacer es aceptar a la gente tal como es. Pero, al igual que muchas cosas valiosas en la vida, los hábitos del amor son más difíciles de poner en práctica de lo que uno podría imaginar, especialmente si representan la personalidad que usted se ha formado. Algunos aspectos que pueden ayudar:















Hágase un análisis realista:







¿Tiene usted los 7 hábitos mortales?







¿Cómo le habló esta mañana a la gente con quien vive? ¿Las estimuló a realizar lo que habían planeado para el DIA?







Escuche con atención: Trate a las personas como si ellos fueran sus mejores amigos. Escuche cada palabra, busque el tiempo para sentarse con las personas y realmente prestarle atención sin distraerse con teléfonos celulares o las exigencias de otras personas.







Visualice su nuevo yo: Haga una imagen mental de usted como una persona que practica los 7 hábitos de amor.















Consérvela en la mente y acuda a ella cuando esté hablando con sus seres queridos, para ver si está actuando como una persona que sabe dar amor.







Haga la pregunta adecuada: En el instante en que surge la necesidad de culpar, quejarse, criticar, insistir, amenazar, castigar o sobornar, antes de decir nada, deténgase y pregúntese ¿Es esto realmente importante?







Acepte la realidad: Uno debe comprender que la única persona que puede cambiar es uno mismo. Cuando usted tiene una diferencia con una persona que es importante en su vida, negocie.







Escoja un modelo: Cuáles son las personas a las que admira más, pregúntese que harían ellas antes de reaccionar con uno de los 7 hábitos mortales.







Escriba sobre sus experiencias: Haga un diario, lo que le ayudará a atravesar la transición y ver sus progresos.























LOS 7 HÁBITOS MORTALES vs. 7 HÁBITOS DE AMOR







CONVIERTA:















Culpar - Aceptar







Sobornar - Estimular







Quejarse - Escuchar







Criticar - Respetar







Perseguir - Solucionar diferencias







Castigar - Apoyar







Amenazar - Confia



¿Quièn soy?

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En el principio vivì momentos en la vida, donde me maravillè, y me horroricè. Caminè por lugares que jamás soñé; amè, dejè, me dejaron, discriminè... y aborrecida de todo me refugié en mí misma, y luego me enfoquè hacia dentro. Busqué en mis ojos, en mis cabellos, en mis manos, en mis brazos, en mi sangre, en mis piernas, en mis genitales, y hasta en mi corazón, pero no encontré nada que me hiciera sentir superior o inferior. Solamente me sentí yo misma. Y comprendí que nadie más que yo, podía retomar el camino andado y aceptar lo que es y lo que no.

Luego salí de nuevo al mundo, y reí y lloré, clamé por dentro y por fuera, hablé con todos y con nadie, verifiqué mis opciones, tropecé y caí. Me enderecé, y regresé a mi lugar. Despuès acostada en mi cama, le pregunté a Dios ¿Quién soy? ¿què hago aquí? Y solamente recibí el silencio más absoluto, pero cuando cerré mis ojos, pude soñar con mi vida, y lo que puedo llegar a hacer si me lo propongo. Reí, y me reacomodé en mi interior. Acaricié mi alma y mi corazón. Me dije que nadie puede hacerme sentir lo que no quiero, y mi alma y mi corazón siempre fueron los motores de mis enseñanzas. Perdoné y meditè nuevamente. Di un paso y otro; comprendí que estoy viva, y que cometo errores a cada momento. Me pregunté por què amargarme la vida, si yo solamente creo mis barreras y hasta me creo mis fantasías.

Pero me puse de pie bajo el sol, y me pregunté si los demás sentían el mismo calor que yo, y mi respuesta fue: SÍ! Y me puse de pie bajo la luna y las estrellas, y me pregunté si ellos sentían la misma melancolía que yo, y mi respuesta fue: SÍ. Y en ése momento me di cuenta que aquí bajo el cielo sentimos lo mismo."Eres lo peor de lo peor, eres nula, no sirves para nada, eres una molestia, ¿Por qué has nacido? ¿No sabes hacer nada bien?", y miles de cosas más me dijeron y opinaron sobre mí; y yo les dije: Por favor Demuéstrenmelo.

Y todos se miraron... algunos susurraron cosas sin sentido, porque sabían que yo era mejor, y me di cuenta que el mejor es el ciervo de todos, porque tiene la capacidad de hacer para muchos, o para pocos, pero tiene la capacidad.Y se miraron y callaron porque nadie podía decirme lo contrario; e igualmente hablaron a mis espaldas, pero ya nadie me podía decir quien era yo. Y me pregunté nuevamente: ¿Por qué quise despedirme antes de tiempo? ¿Por qué todo salía mal, por qué nadie me quería, o me amaba, por qué todos opinaban lo menos alegre? Y algo dentro de mi me dijo: Porque así lo decidiste. Y comprendí que las decisiones son mías. Y colgué mi traje lleno de golpes en un perchero viejo y lo dejé allí para que se pudriera con el tiempo.

Regresé desnuda, y elegí mi nueva piel."¡Como si fuese tan fácil!" pensé primero. Pero el primer paso era mío, y comprendí que tenía poder, y que mi poder me podía hacer cambiar, porque soy la dueña de éste momento en la vida. Y sonreí. Me puse de pie debajo del sol y hablè con Buddha, y entendí por qué la vida merece ser vivida. Toqué mi corazón y aunque estaba dolido, ciertamente se sentía bien. Era mi momento y aún estaba de pie; y era yo, nadie más que yo. Porque todos cayeron a mí alrededor, y aunque estaba sola, aún estaba de pie, y el cielo admiró mi valor porque así lo sentí en mi alma.

Sonreí y me dije: soy valiente. Alguien me respondió: SÍ. Solamente: SÍ. Volteé y seguí mi camino. Y aunque aún estoy golpeada, aún digo quien soy, y no me apabullan porque me descubrí y sólo hay silencio. Y descubrí, que no tenía que ser agresiva para demostrar que tengo valor, sino quedarme allí, para que vean como sigo firme, y ver sus rostros incrédulos. Después todos se preguntaron ¿Quién es ésa que se atreve a desafiar lo que pensamos de ella?

Y dije: Yo, soy yo. Y grité: ¡YO, SOY LO QUE SOY! Y todos corrieron a esconderse de mi presencia para inventarse nuevos discursos truncados en mi contra. Y sonreí una vez más, porque ahora sabía como caminar. Supe de mi valor y de mi pasión por seguir. Cerré mis ojos y agradecí por una nueva oportunidad. Y seguí mi camino...

A M A R

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Tú no sabes amar; ¿acaso intentas darme calor con tu mirada triste? El amor nada vale sin tormentas, ¡sin tempestades... el amor no existe para ti!

Y sin embargo ¿dices que me amas? No, no es el amor lo que hacia mí te mueve: el Amor es un sol hecho de llamas, y en los soles jamás cuaja la nieve.

¡El amor es volcán, es rayo, es lumbre, y debe ser devorador, intenso, debe ser huracán, debe ser cumbre... debe alzarse hasta Dios como el incienso!

¿Pero tú piensas que el amor es frío? ¿Que ha de asomar en ojos siempre yertos? ¡Con tu anémico amor... anda, bien mío, anda al osario a enamorar los muertos!


http://anitaalmarza.blogspot.com/ http://anilogica.blogspot.com/

**Anita**


EL ORIGEN DEL MIEDO

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EL ORIGEN DEL MIEDO

El estado de miedo psicológico está divorciado de cualquier peligro real e inmediato. Puede adoptar diversas formas: desazón, preocupación, ansiedad, nervios, tensión, temor, fobia, etc. El miedo psicológico del que hablamos siempre se refiere a algo que podría ocurrir, no a algo que ya está ocurriendo. Tú estás en el aquí y ahora, mientras que tu mente está en el futuro. Esto crea una brecha de ansiedad. Y si te has identificado con tu mente y has perdido el poder y la simplicidad del ahora, esa brecha de ansiedad será tu constante compañera. Siempre puedes afrontar el momento presente, pero no puedes afrontar algo que sólo es una proyección mental; no puedes afrontar el futuro. Además, mientras sigas identificándote con tu mente, el ego dirigirá tu vida. Debido a su naturaleza fantasmal, y a pesar de sus elaborados mecanismos de defensa, el ego es muy vulnerable e inseguro, y se siente amenazado constantemente. Por cierto, esto sigue siendo verdadero aunque externamente esté muy seguro. Ahora bien, recuerda que una emoción es la reacción del cuerpo a la mente. ¿Qué mensaje recibe continuamente el cuerpo desde el ego, desde ese falso yo fabricado por la mente? peligro, estoy amenazada. ¿Y qué emoción genera este mensaje continuo? miedo, por supuesto. El miedo parece tener muchas causas: miedo a la pérdida, miedo al fracaso, miedo a que nos hieran, y así sucesivamente; pero, en definitiva, todos los miedos pueden resumirse en el miedo del ego a la muerte, a la aniquilación, al exterminio. Para el ego, la muerte siempre está a la vuelta de la esquina. En este estado de identificación con la mente, el miedo a la muerte afecta a todos los aspectos de tu vida. Por ejemplo, algo tan aparentemente trivial y «normal» como la necesidad compulsiva de tener razón en una discusión y demostrar que el otro está equivocado —defender la posición mental con la que te has identificado— se debe al miedo a la muerte. Si te identificas con una posición mental y resulta que estás equivocado, tu sentido de identidad, basado en la mente, se sentirá bajo una seria amenaza de aniquilación. Por tanto, tú, como ego, no puedes permitirte estar equivocado. Equivocarse es morir. Esto ha motivado muchas guerras y ha causado la ruptura de innumerables relaciones. Cuando dejas de identificarte con la mente, el hecho de tener razón o estar equivocado es indiferente para tu sentido de identidad; de modo que esa necesidad compulsiva, apremiante y profundamente inconsciente de tener razón, que es una forma de violencia, deja de estar presente. Puedes expresar cómo te sientes y lo que piensas con claridad y firmeza, pero tal expresión no estará teñida de agresividad ni actitud defensiva. Tu sentido de identidad deriva entonces de un lugar más profundo y verdadero dentro de ti, no de la mente. OBSERVA CUALQUIER ACTITUD DEFENSIVA que surja en ti. ¿Qué estás defendiendo? una identidad ilusoria, una imagen mental, una entidad ficticia. Haciendo consciente este patrón y observándolo, puedes romper la identificación con él. El patrón inconsciente comenzará a disolverse rápidamente a la luz de tu conciencia. Este es el final de todas las discusiones y juegos de poder, que son tan corrosivos para las relaciones. El poder sobre los demás es debilidad disfrazada de fuerza. El verdadero poder está dentro, y está a tu disposición ahora. La mente siempre trata de negar el ahora y de escapar de él. En otras palabras: cuanto más te identificas con tu mente, más sufres. O puedes decirlo de este otro modo: cuanto más capaz seas de valorar y aceptar el ahora, más libre estarás del dolor y del sufrimiento, más libre de la mente egoista. Si no deseas crear más dolor para ti misma ni para los demás, si no quieres añadir más dolor al residuo del pasado que aún vive en ti, no crees más tiempo, o crea el imprescindible para gestionar los aspectos prácticos de la vida. ¿Cómo dejar de crear tiempo? DATE CUENTA INEQUÍVOCAMENTE DE QUE EL MOMENTO PRESENTE es lo único que tienes. Haz del ahora el centro fundamental de tu vida. Si antes vivías en el tiempo y hacías breves visitas al ahora, establece tu residencia habitual en el ahora y haz breves visitas al pasado y al futuro cuando tengas que resolver los asuntos prácticos de tu vida. Di siempre «sí» al momento presente. ACABA CON LA ILUSIÓN DEL TIEMPO. La clave es ésta: acaba con la ilusión del tiempo. Tiempo y mente son inseparables. Retira el tiempo de la mente y ésta se para, a menos que elijas usarla. Estar identificada con la mente es estar atrapada en el tiempo. Vives de forma compulsiva y, casi exclusivamente, mediante el recuerdo y la anticipación. Esto produce una preocupación interminable por el pasado y el futuro, y una falta de disposición a honrar y reconocer el momento presente y permitir que sea. La compulsión surge porque el pasado te da una identidad y el futuro contiene una promesa de salvación, de una realización de algún tipo. Ambas son ilusiones. Cuanto más te enfocas en el tiempo —pasado y futuro— más pierdes el ahora, lo más precioso que hay. ¿Por qué es lo más precioso? En primer lugar, porque es lo único que hay. Es todo lo que hay. El eterno presente es el espacio dentro del que se despliega tu vida, el único factor que permanece constante. La vida es ahora. No ha habido nunca un momento en que tu vida no fuera ahora, ni lo habrá jamás. En segundo lugar, el ahora es el único punto que puede llevarte más allá de los limitados confines de la mente. Es tu único punto de acceso al reino informe e intemporal del Ser. ¿Has experimentado, hecho, pensado o sentido algo fuera del momento presente? ¿Piensas que lo harás alguna vez? ¿Es posible que algo ocurra fuera del ahora? La respuesta es evidente, ¿no es cierto? Nada ocurrió nunca en el pasado; ocurrió en el ahora. Nada ocurrirá nunca en el futuro; ocurrirá en el ahora. La esencia de lo que estoy diciendo aquí no puede entenderse mentalmente. En el momento que lo entiendes, se produce un cambio de conciencia de la mente al Ser, del tiempo a la presencia. De repente, todo se vivifica, irradia energía, emana Ser.

"No recuerdo tristezas, ni llantos, ni penas, ni dolores, ni siquiera recuerdo silencios oscuros, solo tengo de ti, tu sonrisa y tu bello estar conmigo" Anita

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RELACIONES DE AMOR-ODIO

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DE LAS RELACIONES ADICTIVAS A LAS RELACIONES ILUMINADAS
RELACIONES DE AMOR-ODIO
A menos que accedas a la frecuencia consciente de la presencia, todas las relaciones, y en particular las relaciones íntimas, acabarán fracasando y siendo disfuncionales. Puede que parezcan perfectas durante un tiempo, mientras estás «enamorado», pero esa perfección se altera invariablemente a medida que van produciéndose discusiones, conflictos, insatisfacciones y violencia emocional o incluso física, momentos de tensión que suceden con creciente frecuencia.
Parece que la mayoría de las «relaciones amorosas» pasan a convertirse muy pronto en relaciones de amor-odio. En ellas, el amor puede dar paso en un abrir y cerrar de ojos a una agresividad salvaje, a sentimientos de hostilidad o a la total ausencia del afecto. Esto se considera normal.
Si en tus relaciones experimentas tanto un sentimiento de «amor» como su opuesto —agresividad, violencia emocional, etc.— entonces es muy probable que estés confundiendo el apego adictivo del ego con el amor. No puedes amar a tu compañero o compañera un momento y atacarle al siguiente. El verdadero amor no tiene opuesto. Si tu «amor» tiene un opuesto, entonces no es amor, sino la intensa necesidad del ego de una identidad más completa y profunda, necesidad que la otra persona cubre temporalmente. Este es el sustituto de la salvación que propone el ego, y durante un breve episodio parece una verdadera salvación.
Pero llega un momento en que tu pareja deja de actuar de la manera que satisface tus demandas, o más bien las de tu ego. Los sentimientos de miedo, dolor y carencia, que son parte intrínseca del ego pero habían quedado tapados por la «relación amorosa», vuelven a salir a la superficie.
Como en cualquier otra adicción, pasas buenos momentos cuando la droga está disponible, pero, invariablemente, acaba llegando un momento en el que ya no te hace efecto.
Por eso, cuando los sentimientos dolorosos reaparecen los sientes con más intensidad que antes y, lo que es peor, ahora percibes que quien los causa es tu compañero o compañera. Esto significa que los proyectas fuera de ti y atacas al otro con toda la violencia salvaje de tu dolor.
Tu ataque puede despertar el dolor de tu pareja, que posiblemente contraatacará. Llegados a este punto, el ego sigue esperando inconscientemente que su ataque o sus intentos de manipulación sean castigo suficiente para inducir un cambio de conducta en la pareja, de modo que pueda seguir sirviendo de tapadera del dolor.
Todas las adicciones surgen de una negativa inconsciente a encarar y traspasar el propio dolor. Todas las adicciones empiezan con dolor y terminan con dolor. Cualquiera que sea la sustancia que origine la adicción —alcohol, comida, drogas (legales o ilegales) o una persona—, estás usando algo o a alguien para encubrir tu dolor.
Por eso hay tanto dolor e infelicidad en las relaciones íntimas en cuanto pasa la primera euforia. Las relaciones mismas no son la causa del dolor y de la infelicidad, sino que sacan a la superficie el dolor y la infelicidad que ya están en ti. Todas las adicciones lo hacen. Llega un momento en que la adicción deja de funcionar y sientes el dolor con más intensidad que nunca.
Ésta es la razón por la que la mayoría de la gente siempre está intentando escapar del momento presente y buscar la salvación en el futuro. Si concentras tu atención en el ahora, lo primero que encontrarías sería tu propio dolor, y eso es lo que más temes. ¡Si supieras lo fácil que es acceder ahora al poder de la presencia que disuelve el pasado y su dolor, a la realidad que disuelve la ilusión! ¡Si supieras lo cerca que estás de tu propia realidad, lo cerca que estás de Dios!
Eludir las relaciones en un intento de evitar el dolor tampoco soluciona nada. El dolor sigue allí de todos modos. Es más probable que te obliguen a despertar tres relaciones fracasadas en otros tantos años que pasar tres años en una isla desierta o encerrada en tu habitación. Pero si puedes llevar una intensa presencia a tu soledad, eso podría funcionar para ti.
DE LAS RELACIONES ADICTIVAS A LAS RELACIONES ILUMINADAS
TANTO SI VIVES SOLA COMO SI VIVES EN PAREJA, la clave es estar presente e intensificar progresivamente tu presencia mediante la atención al ahora.
Si quieres que florezca el amor, la luz de tu presencia debe ser lo suficientemente intensa como para no verte arrollada por el pensador o por el cuerpo-dolor, ni los confundas con quien eres. Conocerse como el Ser que está debajo del pensador, la quietud que está debajo del ruido mental, el amor y la alegría que se encuentran debajo del dolor, eso es libertad, salvación, iluminación.
Desidentificarse del cuerpo-dolor es llevar la presencia al dolor y así transmutarlo. Desidentificarse del pensamiento es poder ser el observador silencioso de tus pensamientos y de tu conducta, especialmente de los patrones repetitivos de tu mente y de los roles que representa tu ego.
Si dejas de investirla de «yoidad», la mente pierde su cualidad compulsiva, formada básicamente por la constante tendencia a juzgar y a resistirse a lo que es, creando así conflicto, drama y más dolor. De hecho, en el momento en que dejas de juzgar y aceptas lo que es, eres libre de la mente. Has creado espacio para el amor, para la alegría, para la paz.
PRIMERO DEJAS DE JUZGARTE A TI MISMA; después dejas de juzgar a tu pareja. El mayor catalizador del cambio en las relaciones es la aceptación total de tu pareja tal como es, dejando completa- mente de juzgarla y de intentar cambiarla.
Eso te lleva inmediatamente más allá del ego. A partir de entonces todos los juegos mentales y el apego adictivo se acaban. Ya no hay víctimas ni verdugos, ni acusadores ni acusados.
La aceptación total también supone el final de la codependencia; ya no te dejas arrastrar por el patrón inconsciente de otra persona, favoreciendo de ese modo su continuidad. Entonces, o bien te separas —con amor—, o bien entran juntos más profundamente en el ahora, en el Ser. ¿Es así de simple? Sí, es así de simple.
El amor es un estado de Ser. Tu amor no está fuera; está en lo profundo de ti. Nunca puedes perderlo, no puede dejarte. No depende de otro cuerpo, de otra forma externa.
EN LA QUIETUD DE TU PRESENCIA puedes sentir tu propia realidad informe e intemporal: es la vida no manifestada que anima tu forma física. Entonces puedes sentir la misma vida en lo profundo de los demás seres humanos y de las demás criaturas. Miras más allá del velo de la forma y la separación. Esto es alcanzar la unidad. Esto es amor.
Aunque es posible tener breves atisbos, el amor no puede florecer a menos que estés permanentemente liberado de la identificación mental y tu presencia sea lo bastante intensa como para haber disuelto el cuerpo-dolor, o hasta que puedas, al menos, mantenerte presente como observadora. De ese modo, el cuerpo-dolor no podrá arrebatarte el control y destruir el amor.
LAS RELACIONES COMO PRÁCTICA ESPIRITUAL
Como los seres humanos nos hemos ido identificando progresivamente con la mente, la mayoría de las relaciones no tienen sus raíces en el Ser, y por eso se convierten en fuente de dolor, dominadas por problemas y conflictos.
Si las relaciones energetizan y expanden los patrones mentales del ego y activan el cuerpo-dolor, tal como ocurre actualmente, ¿por qué no aceptar este hecho en lugar de intentar huir de él? ¿Por qué no cooperar con él en lugar de evitar las relaciones o de seguir persiguiendo el fantasma de una pareja ideal que sea la respuesta a todos tus problemas o el complemento que te haga sentirte realizada?
El reconocimiento y la aceptación de los hechos te permite cierta libertad respecto a ellos.
Por ejemplo, cuando sabes que hay desarmonía y lo tienes presente, ese mismo hecho constituye un factor nuevo que no permitirá que la desarmonía se mantenga invariable.
Cuando sabes que no estás en paz, ese conocimiento crea un espacio tranquilo que envuelve tu falta de paz en un abrazo amoroso y tierno, y después transmuta en paz la ausencia de paz.
No hay nada que puedas hacer respecto de tu transformación interna. No puedes transformarte a ti misma y, ciertamente, no puedes transformar a tu pareja ni a ninguna otra persona. Lo único que puedes hacer es crear un espacio para que ocurra la transformación, para que entren la gracia y el amor en tu vida.
De modo que cuando veas que tu relación no funciona, cuando haga asomar tu «locura» y la de tu pareja, alégrate. Lo que era inconsciente está saliendo a la luz. Es una oportunidad de salvación.
REGISTRA CADA MOMENTO, registra en especial tu estado interno en cada momento. Si estás enfadada, debes saber que estás enfadada. Si te sientes celosa, si estás a la defensiva, si sientes el impulso de discutir, la necesidad de tener razón, si tu niño interno pide amor y atención o si sientes dolor emocional del tipo que sea, conoce la realidad de ese momento y registra ese conocimiento.
Entonces la relación se convierte en tu sadhana, tu práctica espiritual. Si observas un comportamiento inconsciente en tu pareja, rodéalo con el abrazo amoroso de tu conocimiento y no reacciones.
La inconsciencia y el conocimiento no pueden coexistir durante mucho tiempo, aunque el conocimiento no esté en la persona que actúa inconscientemente, sino en la otra. A la forma energética que reside detrás de la hostilidad y el ataque, la presencia del amor le resulta absolutamente intolerable. Si reaccionas a la inconsciencia de tu pareja, tú misma caes en la inconsciencia. Pero si a continuación recuerdas que has de conocer y registrar tu reacción, no se pierde nada.
Las relaciones nunca habían sido tan problemáticas y conflictivas como ahora. Como tal vez hayas percibido, su finalidad no es hacerte feliz o satisfacerte. Si sigues intentando alcanzar la salvación a través de una relación, te sentirás desilusionada una y otra vez. Pero si aceptas que la finalidad de las relaciones es hacerte consciente en lugar de hacerte feliz, entonces te ofrecerán salvación, y te habrás alineado con la conciencia superior que quiere nacer en el mundo.
Para quienes se aferren a los viejos patrones, cada vez habrá más dolor, violencia, confusión y locura.
¿Cuántas personas se requieren para hacer de tu vida una práctica espiritual? No te preocupes si tu pareja no quiere cooperar. La cordura —la conciencia— sólo puede llegar al mundo a través de ti. No tienes que esperar a que el mundo se vuelva cuerdo, o a que otra persona se vuelva consciente, para iluminarte. Podrías esperar eternamente.
No se acusen mutuamente de ser inconscientes. En el momento en que empiezas a discutir, té has identificado con una posición mental, y junto con esa posición estás defendiendo tu sentido de identidad. Entonces el ego se pone al mando. Estás siendo inconsciente. En ocasiones, puede ser apropiado que señales a tu pareja ciertos aspectos de su comportamiento. Si estás muy alerta, muy presente, podrás hacerlo sin que el ego se inmiscuya, sin culpar, acusar ni decir al otro que está equivocado.
Cuando tu compañero o compañera se comporte inconscientemente, renuncia a juzgarle. El juicio sólo sirve para confundir el comportamiento inconsciente de la otra persona con su identidad real o para proyectar tu propia inconsciencia en la otra persona y confundir tu proyección con su identidad.
Esta renuncia a juzgar no implica que no reconozcas la disfunción y la inconsciencia cuando las veas. Significa «ser el conocimiento» en lugar de «ser la reacción» y el juez. Entonces te liberarás totalmente de la necesidad de reaccionar, o reaccionarás conservando el conocimiento, el espacio en el que la reacción puede ser observada y se le permite ser. En lugar de luchar en la oscuridad, pones luz. En lugar de reaccionar a la ilusión, eres capaz de verla y de traspasarla.
Ser el conocimiento crea un espacio claro de presencia amorosa que permite a todas las personas y cosas ser como son. No hay mayor catalizador de la transformación. Si haces de esto tu práctica, tu pareja no podrá seguir a tu lado y continuar siendo inconsciente.
Si los dos llegan al acuerdo de que la relación va a ser vuestra práctica espiritual, tanto mejor. Entonces podràn expresar sus pensamientos, sentimientos o reacciones en cuanto se produzcan, de modo que no crearàn un desfase temporal que pudiera agriar una emoción no reconocida ni expresada.
APRENDE A EXPRESAR lo que sientes sin culpar.
Aprende a escuchar a tu pareja de manera abierta, sin ponerte a la defensiva.
Dale espacio para expresarse. Mantente presente. Acusar, defenderse, atacar, todos los patrones diseñados para fortalecer o proteger el ego, o para satisfacer sus necesidades, están de más. Es vital dar espacio a los demás y también dártelo a ti misma. El amor no puede florecer sin espacio.
Cuando hayas resuelto los dos factores que destruyen las relaciones, es decir, cuando hayas transmutado el cuerpo-dolor y dejes de identificarte con la mente y las posiciones mentales —y siempre que tu pareja haya hecho lo mismo—, experimentarás la dicha del florecer de una relación. En lugar de reflejarse mutuamente el dolor y la inconsciencia, en lugar de satisfacer sus necesidades egocéntricas, se reflejarà el amor que senten en su interior, el amor que acompaña a la toma de conciencia de vuestra unidad con todo lo que es.
Ése es el amor que no tiene opuesto.
Si tu pareja sigue estando identificada con la mente y el cuerpo-dolor, y tú ya te has liberado, esto representará un gran reto, pero no para ti, sino para tu pareja. No es fácil vivir con una persona iluminada o, más bien, es tan fácil que el ego se siente amenazado.
Recuerda que el ego necesita problemas, conflictos y «enemigos» que fortalezcan su sensación de separación, de la que depende su identidad. La mente no iluminada de tu pareja se sentirá muy frustrada porque no te resistes a sus posiciones mentales fijas, lo que significa que se irán debilitando y temblarán, e incluso existe el «peligro» de que se derrumben, produciendo una pérdida de identidad.
El cuerpo-dolor está pidiendo feedback y no lo está obteniendo. La necesidad de argumentar, dramatizar y estar en conflicto no está siendo satisfecha.
RENUNCIA A LA RELACIÓN CONTIGO MISMA
Iluminado o no, sigues siendo un hombre o una mujer, de modo que en lo relativo a tu identidad en la forma sigues estando incompleto. Eres la mitad de un todo. Esta falta de totalidad se siente como atracción hombre-mujer, el tirón hacia la energía de la polaridad opuesta, por muy consciente que seas. Pero, en el estado de conexión interna, sientes ese tirón en la superficie o en la periferia de tu vida.
Esto no significa que no te relaciones profundamente con los demás o con tu pareja. De hecho, sólo puedes relacionarte profundamente si eres consciente de Ser. Viniendo del Ser, eres capaz de concentrar la atención más allá del velo de la forma. En el Ser, hombre y mujer son uno. Puede que tu forma siga teniendo ciertas necesidades, pero el Ser no tiene ninguna. Ya es completo y total. Si esas necesidades se satisfacen, es muy hermoso, pero no supone ninguna diferencia para tu estado interno profundo.
Por eso es perfectamente posible que una persona iluminada, si no satisface la necesidad de una polaridad masculina o femenina, sienta que le falta algo o que está incompleta en el nivel externo de su ser, y al mismo tiempo puede estar totalmente completa, satisfecha y en paz por dentro.
Si no puedes sentirte a gusto cuando estás sola, buscarás una relación para remediar tu inquietud. Puedes estar segura de que la incomodidad reaparecerá bajo otra forma dentro de la relación, y probablemente pensarás que tu pareja es responsable de ello.
LO ÚNICO QUE TIENES QUE HACER ES ACEPTAR PLENAMENTE ESTE MOMENTO. Entonces puedes estar cómodo en el aquí y ahora, y a gusto contigo misma.
Pero ¿necesitas tener una relación contigo misma? ¿Por qué no puedes simplemente ser tú misma? Para tener una relación contigo misma te divides en dos: «yo» y «mí misma», sujeto y objeto. Esta dualidad mental es la causa fundamental de toda la complejidad innecesaria, de todos los problemas y conflictos de tu vida.
En el estado de iluminación, tú eres tú misma: «tú» y «tú misma» se funden en uno. No te juzgas, ni sientes pena por ti, ni te sientes orgullosa de ti, ni te quieres, ni te odias, etc. La división causada por la conciencia autorreflexiva queda sanada, la maldición desaparece. Ya no hay un «yo» que tengas que proteger, defender o alimentar.
Cuando estás iluminada, hay una relación que dejas de tener: la relación contigo misma. Una vez que has renunciado a ella, todas las demás relaciones serán relaciones de amor.

Practicando el Poder del Ahora

Título Original: Practicing the Power of Now –